Realizar una nueva versión de uno de los más exitosas películas animadas de todos los tiempos, The Lion King, har un gran reto para los Estudios Disney y para el Director John Favreau, quien ya había dirigido la version live action de The Jungle Book.
The Lion King, al igual que en la versión original, es ls historia de Simba, un cachorro de león destinado a convertirse en el rey de la selva cuando crezca y sustituya a su padre, el valiente soberano Mufasa. Al ocurrir una tragedia, el pequeño heredero, siguiendo los malévolos consejos de su tío, huye del reino. Al no haber heredero, Scar, el tío de Simba, asciende al trono, trayendo caos.
Al crecer, el joven Simba debe tomar la decisión de vivir sin problemas, o asumir la responsabilidad de asumir su papel y regresar a su patria a restaurar el orden y convertirse en rey.
El filme no puede calificarse como live action, ya que se trata de animación 3D, a pesar del impresionante realismo, que nos hace sentir inmersos en la película y hasta sentir que es un documental, especialmente por los hiperrealistas movimientos de la melena se Mufasa.
La fortaleza del realismo, es asimismo una de sus principales debilidades, ya que, no se transmiten adecuadamente las emociones, de manera visual, por el exagerado realismo. Esto, aunado a que, comparando las actuaciones de los personajes principales, con las de la versión de 1994, éstas se quedan cortas.
Cabe destacar que los personasjes de Timon y Pumbaa, interpretados por los actores Billy Eichner y Seth Rogen, logran excelentes caracterizaciones, que logran generar gran simpatía con su divertido y despreocupado estilo.
Otra de las diferencias positivas de esta nueva versión es que el director logra que las hienas sean más que unas simples bufonas, añadiéndole un poco de carácter dramático.
A pesar de la excelencia técnica de la cinta, en general, no logra la magia de la versión clásicas.