También conocida con el título de Operation Brothers, esta producción de Netflix cuenta la historia de un grupo de agentes de los servicios de inteligencia iraelíes (MOSAD), los cuales crean un hotel en Sudán, como fachada para, desde ahí, envíar refugiados etíopes, de religión judía, hacia Jerusalén.
El guión está basado en el libro de Gad Shimron, Mossad Exodus: The Daring Undercover Rescue of the Lost Jewish Tribe, sobre lo que ocurrió en la vida real en 1979.
El primer acto de la película es bastante lento, y luego mejora el ritmo. Sin embargo, la narrativa es muy superficial, y aunque entretenida, desperdicia todo el potencial de convertirse en un filme memorable.
El elenco, encabezado por Chris Evans, conocido por encarnar al Capitánn América en las cintas de Marvel, realiza unas interpretaciones buenas, aunque un tanto simplonas, por falta de desarrollo de personajes, o de investigación, ya que éstos existieron en la realidad.
La cinematografía, a cargo de Roberto Schaefer, es, junto a las escenas de acción, lo mejor que tiene la película. Muestra dramáticas escenas nocturnas, con alto contraste, al igual que tomas granosas y cálidas, para dramatizar el clima de Sudán. Asimismo, las escenas de interiores son cuidadosamente trabajadas, con un look muy similar al de los filmes de los años 70s
La dirección de Gideon Raff, quien también escribió el guión no estuvo mal, pero refleja poca profundidad y falta de desarrollo de una historia con gran potencial, como mencionamos anteriormente. Aunque menciona, al final, que luego de concluida la misión, continuaron rescatando refugiados, no deja abiertas las puertas para una segunda parte, ni creo que el público lo desee tampoco.