Este thriller, estrenado recientemente por Netflix está muy bien para pasar un rato agradable y entretenido. Aunque nada espectacular, porque no se corren ningún riesgo, todos los departamentos de la producción hicieron su trabajo. Todo está OK.
La historia trata de una mujer que tiene problemas económicos y se queda sin trabajo al morir el paciente al que cuida. Sin embargo, inesperadamente hereda los bienes del fallecido, pero su recién adquirida fortuna esconde secretos, engaños y peligro.
El guión es predecible, pero entretenido y logra atraparte. De igual manera las actuaciones de Carmila Mendes, Jessie T. User y el resto del elenco son convincentes, pero nada memorables. La dirección de Michael Scott está muy bien cuidada, pero manteniéndose dentro de los paradigmas. Pudo aprovechar mejor la historia.
Una muy buena opción para, en medio de esta cuarentena, sacar un pop corn y pasar poco más de hora y media entretenido frente al televisor, computadora, tablet o smartphone.
