La tercera entrega de la saga John Wick ya llegó a los cines de la Isla, proveyendo a los espectadores una alta dosis de acción, suspenso y violencia explícita. La película, protagonizada por Keanu Reeves, en el papel de Wick es la más sangrienta de la trilogía. Al igual que los dos filmes anteriores está dirigida por Chad Stahelski, quien en esta ocasión nos hace recordar, por las sangrientas escenas, al estilo de Quentin Tarrantino.
Parabellum comienza con John huyendo por las calles de Nueva York, tras haber matado a un asesino internacional en un hotel neutral, donde, de acuerdo a las reglas de la organización, no pueden realizarse tratos, ni tampoco está permitido matar a nadie. Tras una tentadora oferta de 14 millones por su cabeza, asesinos de todas partes se unen a la cacería de John Wick. Desde el comienzo podemos disfrutar de intensas escenas de acción y excelentes coreografías de peleas, donde se destacan las habilidades del personaje interpretado por Reeves.
La cinematografía, a cargo del danés Dan Laustsen es impecable, logrando una ambientación oscura, de alto contraste, muy a tono con la trama de la película.
Aunque se puede entender, sin haber visto las primeras dos, es altamente recomendable, ya que puedes perderte un poco, especialmente porque comienza justo donde acabó la segunda, y no hay explicación de por qué John se metió en ese problema (por un perro). Así que para disfrutarla y entenderla mejor, debes haber visto las primeras dos.
Las actuaciones son de esperarse, por el gran reparto con que cuenta, junto a Keanu Reeves, tales como Ian McShane, Laurence Fishburne, Lance Reddick y Halle Berry.
El guión es nada ambicioso con una historia extremedamente simple, con algunas escenas lentas. Sin embargo, el alto nivel de acción y suspenso atrapa al público durante prácticamente la dos horas y diez minutos que dura el filme. Si te gusta la acción, John Wick: Chapter 3 – Parabellum es una excelente opción de entretenimiento para ti.