Tras el éxito objetivo con American Crime Story, The people vs O.J. Simpson, la cual ganó cuatro premios Emmy en 2016, incluyendo mejor miniserie, Ryan Murphy realizó la segunda entrega de su serie, también basada en uno de los casos más sonados en los medios, tanto estadounidenses, como del mundo entero. Estrenada en 2017, sus 9 episodios se encuentran en el catálogo de Netflix.
The assassination of Gianni Versace, cuenta con un elenco de primera, incluyendo a nuestro Ricky Martin, quien interpreta a Antonio D’Amico, pareja del diseñador. Por su parte, la reconocida actriz española Penélope Cruz da vida a Donatella Versace, mientras que el venezolano Edgar Ramírez encarna a Versace. Aunque Martin y Cruz son el gran gancho publicitario y realizan unas excelentes actuaciones, al igual que Ramírez, sus papeles son importantes, pero pasan a un segundo plano, frente a Darren Criss, quien es el verdadero protagonista, en su papel de Andrew Cunanan, el asesino del ícono de la moda. Este complejo personaje, al no estar a gusto consigo mismo, se inventa personalidades, historias pasadas, utiliza su homosexualidad a conveniencia, a la vez que admira, envidia y detesta a Versace por su fama, éxito y dinero, pero más porque éste puede hacer, sin esconderse, todo lo que Cunanan tiene que reprimir.
La entrega cuenta con excelente ambientación de los ’90, un excelente guión, que muestra el lado humano y el perfil psicológico del asesino, así como sus traumas y vivencias, que lo llevaron a dedicarse a la prostitución y convertirse en escort masculino, e ir evolucionando hasta asesino en serie. Cunanan realizó una serie de asesinatos durante varios meses, antes de cerrar con broche de oro, al privar de su vida al reconocido diseñador.
La serie empieza en la mañana de la muerte del diseñador italiano, en su casa en Miami, y va contando diversos sucesos en la vida del asesino, concentrándose en los asesinatos, previos, así como algunos aspectos paralelos de la niñez de Versace y de Cunanan. Aunque esta manera de contar la historia está interesante, añade complicaciones innecesarias para seguir el hilo de los acontecimientos. A pesar de estas complicaciones la historia es capaz de atrapar al espectador y dejarlo con ganas de seguir hasta terminarla.
La actuación de Criss es magistral, mostrando los impulsos humanos, delirios de grandeza y la crueldad del personaje, así como sus ambivalencias y sus paradojas.
Es una excelente opción para un maratón de fin de semana.