La primera película para Netflix, del actor, director y guionista Tyler Perry, cuenta la historia de Jasmine Bryant (Bresha Webb) es una defensora pública que constantemente toma acuerdos de declaración de culpabilidad en el pequeño pueblo de Virginia. Su esposo Jordan (Matthew Law) es un policía que se siente deprimido después de que una de sus recientes víctimas saltó de un techo hasta su muerte. Jasmine recibe un nuevo caso de su jefe Rory (Tyler Perry), que es Grace Waters (Crystal Fox) la mujer acusada de asesinar a su esposo Shannon (Mehcad Brooks). Grace insiste en que es culpable y sólo quiere un acuerdo de culpabilidad si va a una prisión cercana a su hijo Malcolm (Walter Fauntleroy). Jasmine se da cuenta de que algunas cosas están fuera de lugar en el caso, incluyendo el hecho de que el cuerpo de Shannon ha desaparecido.
Interesante thriller psicológico con suspenso y que finaliza con un giro inesperado. A pesar de muchas situaciones ilógicas en el guión y varios errores de producción, es una buena experiencia. Es importante verla sin muchas expectativas, más bien concentrándose en la historia, que está muy interesante.
Las actuaciones están muy bien, aunque la dirección a veces pierde el rumbo, incluso, algunos personajes parecen mirando a la cámara. Otro punto a favor, especialmente para fans de la saga de Rocky es la participación de Phylicia Rashad, quien interpretó a la esposa del rival y luego gran amigo de Rocky, Apollo Creed en la famosa saga de los años ’80s.
La fotografía, a cargo de Terence Burke es uno de los principales puntos a favor de la película. Logra crear desde tensión y suspenso, hasta ternura y emoción, de acuerdo al giro de la historia, mediante una excelente combinación de luces y sombras, así como de tiros que ayudan a contar la historia, de manera interesante.
Una excelente alternativa para ver durante estos días. Recuerda, sigue las recomendaciones de las autoridades, evita salir de casa, si no es nada urgente. Quédate en casa y disfruta de la magia del cine.